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El éxodo de Ceuta: (1)

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Mis padres, Joaquín y María Luisa, en compañía de Ágata Lys, con motivo del nombramiento del ceutí, Rogelio Díez Alonso, como director general de Cinematografía, en Madrid. La guapa actriz se retiró a
Benalmádena donde pasó sus últimos años, muere con 68.

La nefasta gestión o venta maquillada de españolismo de un pueblo condenado
(Echando de menos a mis padres)
Tato Ferrer

Comentarios sobre tiempos

Es el año 2025. El pasado y el presente tienen en común el dato: si algo, alguna cosa funciona en la ciudad con normalidad, es… el éxodo. Rara es la familia que echa sus raíces. Los cambios estéticos del cemento a granel no logran efectos de estabilidad y reclamos en forma de atractivos.


Se tiene, a ciencia cierta, en el suelo físico, estrecho, como su mar salado, más eruditos, más expertos, más profesionales, en los desarrollos de la historia local, que profesores de la materia en todas las universidades. La lección de Portugal y la cantinela de que Ceuta era España antes de la existencia del reinado del vecino país, se la saben con nota alta hasta el último de la clase. Argumentos que se fueron extraviando por los caminos y los senderos cubiertos por las arenas de algún desierto. Sabido es que los desiertos son terrenos abonados para predicar perdiendo el tiempo. La discutible, por así decir, falta de rigor, de los gobernantes del destino a lo largo de los años, provocaron la venta de un patrimonio delicado y no conservado con el celo requerido, por necesario, ante esa espada de Damocles o reclamación ante los foros internacionales.


Se la llamó popularmente como la economía de guerra. Con una población estimada de unos 12.000 soldados, los bares y tiendas de comestibles, no daban abastos preparando bocadillos. Servicios como las lavanderías/tintorerías. Un tipo de turismo, el de hacer la mili, que se redujo de forma más que considerable en su número, pero no se sustituyó por otra fuente de ingresos.


Muchos grupos de portugueses formaron parte de ese otro turismo de los paraguayos que llenaban comercios dando vida. Se vendieron más paraguas que nunca jamás. Tantos que, sin darnos cuenta, olvidamos tener en reserva el escudo o paraguas de la OTAN. Agotando su existencia ante la demanda de la moda impuesta según la cual nadie se quería mojar sobre delicado asunto.


Con una pasividad manifiesta, pasmosa, se ha tolerado, se ha permitido, que los ingredientes del menú con acento o sabor español se fueran perdiendo. Los dirigentes han desarrollado una nefasta gestión de entreguismo en base a intereses económicos, para variar. Nada ha ocurrido por amor a la generosidad. Es el contrabando salvaje. Todo el mundo mira para otro lado. Marruecos decidió cortar en el justo momento que lo creyó oportuno. Ceuta no intervino en la drástica medida. El país vecino eliminó de un plumazo una actividad que no era un comercio atípico, era puro y duro contrabando salvaje.


¿Se habían previsto soluciones alternativas para Ceuta? Estaba meridianamente claro que algún día pasaría. Sólo desde un barco de papel se alerta. Así, pues, debo corregirme. En ningún caso se actuó de manera torpe. Se siguió el rumbo exacto para hundir a Ceuta en su puerto naufragado. El mismo al que ahora se pretende rescatar como al Titanic. Es en el año 1995 cuando Europa obliga a España con toda urgencia a instalar la valla. El coladero se ha delatado por el color. De no ser por los negros… En el perímetro fronterizo de unos 8 kilómetros, de Benzú al Tarajal, el freno es prácticamente nulo. Se asiste a un asentamiento ilegal masivo. Se trata de conocer su número y se crea la popular Tarjeta de Estadística. Que da pie y paso a nacionalidades españolas. Aumentaron los nacimientos en Cruz Roja.

Dichas tarjetas se repartieron con demasiadas alegrías. ¡Ancha es Castilla! Era tal su contenido como soporte de legalidad que, al poseedor, al titular, de la misma, no le estaba permitido, no le daba derecho a poder viajar a la Península. En Ceuta los graves asuntos sociales que dimanan de orígenes de ilegalidad, toman naturaleza o carta de legal. Se legaliza el Príncipe, considerado como el barrio más peligroso de España y, asimismo, se sortea en Benzú la Zepa, cuando estaba afectada.

Desde el barco de papel se instaba a los poderes políticos a regular, caso por caso y sus circunstancias, tanto el gueto del Príncipe como el de Benzú, cuyas chabolas convertidas en casas, están en la mismísima playa. La ley de Costas para el refranero español. Desde el barco de papel se escribió hasta en arameo sobre la necesidad de erradicar, demoler, las construcciones ilegales y construir edificaciones con diseños, con estilo urbanístico: español. El rosario de despropósitos, el caos, el desastre, es de una españolidad abrumadora.


EL TRASERO Y LA BABA
No siempre ha sido así. Llegó un momento, a partir de entonces, nunca antes. De un tiempo acá se les pierde el trasero y la baba por asistir a todos los actos. Resulta estremecedora la sensibilidad del voto. La hemeroteca está ahí. Es gracias a ese barco de papel cuando, por primera vez, el presidente de la comunidad musulmana ceutí es recibido por el alcalde de turno. El presidente nacional de dicha comunidad se desplaza desde Madrid para agradecer. Con satisfacción recibí el reconocimiento. Estábamos ante un proceso de integración complejo y difícil. Todavía era posible. Mismos derechos y obligaciones.


Pero los controladores de la vaca gorda no estaban dispuestos a que se ordeñara de forma lenta. El amor desenfrenado obligaba a chupar con prisas. Muy bien las lecciones de españolidad; el romanticismo; las declaraciones de personas no gratas; rasgarse las vestiduras. Comprar las casas eternas fuera de Ceuta; tener a los hijos situados, colocados, en otras ciudades, mientras se entonan con vehemencia cantos de amores.


La Universidad (los hijos obligados a estudiar fuera arrastrando a sus padres) o el Hospital Universitario (la Cruz Roja estaba para paliativos) son hechos no tan lejanos en el calendario. Cuando, normalmente, cualquier sitio no aislado, cuenta con tales servicios. Hasta dotar a la población de agua las 24 horas es un logro enorme por infinito de agradecer. Ni el lugar más ignoto, remoto, de España, con tan acusadas carencias. ¡Vamos, ni el pueblo de Macondo!


Con un estilo de favor, de propina, de regalo, se han ido corrigiendo algunos de los lamentables abandonos a velocidad de cuenta gotas. Es un conformismo. La indiferencia. Una ciudad a la que se la ha ido adornando al cabo de muchos años. El dinero, en mayor o menor cantidad, siempre ha circulado. Cosa distinta es la reinversión. Gran parte del desarrollo urbanístico de la Costa del Sol y Campo de Gibraltar se debe a los inversores de nuestra tierra. Asimismo, todas las poblaciones cercanas marroquíes han crecido de forma gigantesca al socaire de Ceuta.


CON UN PORVENIR SIN PORVENIR
Ha sido tal el relajamiento interesado que el actual estado de cosas es harto complicado. Se dio asiento en a muchas más personas de las que se podían establecer dignamente, con un porvenir. Sin fábricas (y las que había se fueron desmantelando); sin desarrollo o infraestructuras industriales; un puerto triste dedicado al tránsito de barcos de viajeros en explotación de monocultivo. En lugar de motor revulsivo de la economía local (véase a escasos veinte kilómetros el gigante, el monstruo, portuario de Dalia o Tánger Med). La voluntad de los distintos gobiernos nacionales de potenciar el desarrollo de una determinada zona, transformó la peste del río en el aroma del esplendor algecireño. Cuentan con uno de los puertos más importantes de España. La admiración por Algeciras es fruto de la contemplación dolorosa al constatar que se viene del culo del mapa de España. Hay que prestar atención sobre cuál miramos pues no en todos aparece Ceuta. Por arte de iluminados se han puesto las pilas y se motivan. Descubren alternativas que ni a Colón se le hubiera ocurrido imaginar cuando salió del puerto de Huelva buscando, desesperadamente, algún continente que descubrir antes de que se colgara en las noticias internacionales el cartel de “todo está ya conquistado”.


Sin perspectivas serias de futuro, estaba claro que la evolución de los acontecimientos terminaría en un deterioro grave, insoportable, de la convivencia social. El núcleo, las manzanas podridas, entre una gran mayoría de gentes buenas, irían torpedeando el clima, el ambiente. El vandalismo, las pistolas/pistoleros (encapuchados, a cara descubierta), las bandas y ajustes de cuentas, la inseguridad ciudadana, las playas incómodas por ciertos energúmenos, los pirómanos, los robos, la ausencia de un nivel mínimo de educación, etcétera. Los listillos y sus métodos- modos, mención que no puede faltar. Tampoco olvidar los graves casos/escándalos con sede local. Todo ello en un pueblo de tamaño reducido. A escala. Que das un salto y te sales del territorio.

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Tato Ferrer
Antonio L. Ferrer Peña (Tato).- Nací en Ceuta, en tiempos del franquismo, en el año 51, un 16 de diciembre (sagitario). En el 82, con el expolio del diario “El Faro de Ceuta”, a mi querido padre Joaquín, fui condenado a la depresión, en época de la aparente democracia. He sido director de los periódicos: “El Faro de Ceuta”, “La Voz de Córdoba”, y “La Gaceta de Málaga/Torremolinos/Benalmádena”. Ex director gerente del video comunitario, “Canal 3”, antesala por cable de la actual televisión local por ondas. Ex director gerente de la Cadena Sol 7, televisiones locales de Torremolinos y Benalmádena. Acusado con 40 desacatos, figura penal desaparecida ya en nuestro ordenamiento jurídico. Detenido e ingresado, de forma ilegal, en la prisión de “Los Rosales” de Ceuta, en el 82, en la democracia aparente. Con el patrimonio familiar expoliado, de diversas formas. En una ciudad en la que un sólo medio escrito de comunicación, o lo que sea, aspira recibir subvención de 3 millones de euros, mi situación profesional es de “perro con pulgas”. Primer ceutí licenciado en Ciencias de la Información, Rama de Periodismo, por la Universidad Complutense de Madrid. Primer periodista español más joven que ha dirigido varios rotativos. Con estudios de Derecho realizados en la citada universidad. Tres cursos en la Sorbona, de París. Primer español-periodista pionero de los videos comunitarios en Marruecos, con permisos legales. Colaborador de: “El Pueblo de Ceuta”, donde escribí la sección “año 55”, y he sacado a la luz pública, artículos de opinión; “La Tribuna de Marbella”; “El Periódico de Ceuta”. En mi etapa al frente de “El Faro” fui, en diversas ocasiones, noticia a nivel nacional, e internacional. Con protección policial, agresiones físicas, y amenazas de todo tipo en mi haber periodístico, en la cándida e ingenua búsqueda de una democracia que todavía estoy por llegar a conocer. Será un placer Con estudios sobre la confección de periódicos realizados con profesionales en la materia de Madrid, Sevilla, y Barcelona.

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