Cuanto antes mejor. Sin perder más tiempo. El alcalde no se anda con ambages. En su fin infinito ha aprendido a conceptuar de manera vivaz.
Según el alcalde: “ los de Vox son unos incendiarios”.Traducido a lenguaje de calle, unos pirómanos.
Con razón la suerte de cada uno. De mis cuatro hijos uno es bombero.
El alcalde bastante bien protegido está con su paraguas de la OTAN. Que no encuentra por más empeño que pone en la tarea de buscar. Potra que en más de veinte años no se le haya abierto nunca. Por lo de la mala suerte. Supersticiones.
Es el muro del control. A prueba de todo tipo de adversidades. Seguro a todo riesgo.
Se está contra la continuidad del multimillonario en euritos contrato de basura.
Empresa a la que hasta hay que facilitarle medios (noticia publicada) pues los eurillos no dan para que dispongan de infraestructura adecuada desde la cual prestar el servicio de limpieza en el entorno del ayuntamiento.
Es una exageración pero válida. Si se les compra las escobas por fuera de los dineritos, pues tanto mejor. Si no se es capaz de barrer bien para casa.
Se está contra la calidad del servicio.
Como castigo más monedas clásicas. De tiempo de los romanos cuando pasaron por Ceuta de tapeos ricos.
El mantenimiento de la red de alcantarillado ha tocado o vuelto.
La empresa de basuras. La empresa del alcantarillado. Como que comparten. En un buen sentido solidario.
El que no comparte nada de nada es el alcalde al que “los señalados” provoca fuego interno de rabia contenida.
Son unos pirómanos. Ni los cariñosos dragones protectores del colegio de La Inmaculada.
Termino con una reflexión. A tenor del pensamiento único del alcalde. Si tal es el peligro detectado. Viniendo la observación de donde viene: apaga y vámonos.
¿No podrían “ los señalados” (por el dedo acusador y reivindicador de la unión, de la convivencia, de las buenas formas), salir a la calle con un indicativo en la vestimenta?
La combustión espontánea es un peligro.
Las naves del misterio. Las escobas elegantes que saben hacía dónde deben barrer. Los sumideros.
Todo queda en casa. Donde mejor se está.